jueves, 10 de enero de 2019



Docente de resistencia o de reproducción social?



Según un estudio de UNISEF realizado el año pasado en Argentina, hay un 47,7% de niños que crecen en la pobreza, de ese índice un 10% crecen aun en la extrema pobreza, carentes de todo recurso vital y necesario.Quienes tenemos la posibilidad de entrar a trabajar en el mundo de la educación primaria, no podemos dejar de ver esta situación que debería alarmarnos y posicionarnos en un rol que va más allá del institucional habitual, más cuando hablamos de un contexto periférico, donde la vorágine de sobrevivir al abandono del Estado se ve reflejado en los niños que atraviesan la escolaridad primaria.La multiplicidad de interrogantes se abre en cada momento, en cada espacio en el que convive uno con los otros, esos otros que reciben las esquirlas de una bomba que estalla en cada momento, esos otros que son consecuencias sociales.El docente tiene en sus manos la decisión de actuar o no sobre la problemática social que atraviesan sus educandos, si este se asume como sujeto histórico o no frente a la demanda existente que grita del otro lado.No comprendí en este tiempo, que desde lo personal fui armándome de lecturas, que existan mas de dos caminos a seguir, (un tanto binario el pensamiento) pero en un contexto de profundos ajustes neoliberales que apuntan su blanco a las clases desfavorecidas, los caminos son de resistencia o de reproducción social.
La resistencia en los docentes juega un rol casi profético, de constante denuncia, de no desentenderse de lo que pasa, de no actuar pasivamente a los atropellos, de rebelarse, de comprender las desigualdades como un cáncer social, de participar como actor social, de hablar, de pronunciarse en favor de otros que no tienen voz, de celebrar la justicia, cuando esta es favorable en aquellos que no la conocen, de juntarse con otros y pensarse en colectivo y no como individuo solo.
La reproducción social en el docente juega un rol totalmente contrario, no se asume como sujeto histórico como parte de un todo, se asegura de si mismo, habla por si solo porque comprende una lógica de poder, pero no desde una opresión hacia unos otros, sino mas bien como una carrera por alcanzarlo y abrazarlo por eso cae en los espejismos del poder y en las promesas de la felicidad que le otorga el neoliberalismo, por esa cuestión no cree en los otros, no juega en favor de la justicia de otros, porque teme perder su lugar de prestigio, se desentiende de su propio origen, se desclasa, no oye, no dialoga, solo reproduce que viene de arriba, no lo cuestiona ni se rebela porque no existe en su naturaleza lugar para interrogantes, por eso no hay contextos en el más que los marcos institucionales, y lo que lo hace peligroso, es cuando estos marcos dependen de poderes de turno y se lo ve viajando según la correntada.No participa como actor social y descree de la política, no persigue las construcciones colectivas, mas persigue las construcciones individuales.
En estos tiempos de profundos cambios sociales y políticos cualquiera de los caminos es válidos, pero la historia será la que absolverá o juzgara el papel que desarrollamos frente a la educación, a futuro el espejo nos empujara a la reflexión de eso estoy seguro.


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